Países Nórdicos

Viajes
Después del viaje por los Balcanes, comenzamos a programar uno nuevo por Europa. Manejamos dos opciones: rodear el mar Negro saliendo desde Estambul o recorrer el norte de Europa saliendo desde Alemania. Nos decidimos por esta última.  
Recorrido
Partiríamos desde Franckfurt con devolución de las motos en Berlín, pasando por Copenhague, Oslo, Estocolmo, Helsinki, Tallin, Riga, Vilna, Minsk y Varsovia. Una vez en Berlín tomaríamos un vuelo a la capital de Islandia, Reikiavik, para pasar nuestros últimos tres días en ese inhóspito y hermoso destino. Recorreríamos en moto algo más de 4.500 km y haríamos vía aérea sólo la última parte del recorrido. Para este viaje éramos cuatro motoqueros, a Lelio y Ruly le sumamos la compañía del Dr. Jose Ignacio "Pepe" Viale. Salimos de Córdoba a Frankfurt vía Madrid por Air Europa, un 18 de mayo al medio día. En la escala de Barajas comenzamos a deleitarnos con unas pintas y ese jamón que sólo se puede degustar en España. Después de un par de horas retomamos el  vuelo rumbo a nuestro destino final. Frankfurt nos recibió a las 18 hs con lluvia, tomamos un taxi que nos llevó hasta nuestro hotel para pasar unas pocas horas, ya que al día siguiente, bien temprano, retiraríamos nuestras motos para iniciar el recorrido. A las 8.30 en punto, y con mucha ansiedad, estábamos realizando los trámites para retirar nuestras compañeras de viaje.    
A punto para nuestra partida
Dos KTM 1290 adventur y dos BMW 700 gs, las cuatros motos en un excelente estado y con muy pocos kilómetros, al cabo de una hora ya estábamos en ruta rumbo a Copenhague.     Los 827 km de distancia los recorrimos con mucha tranquilidad por la A7. Como se sabe, las autopistas en Alemania son impecables, las rutas de Dinamarca un poco más pequeñas pero en muy buen estado. En una parte de velocidad libre en la autopista de Alemania antes de Hamburgo descubrimos una falla en la KTM que nos acompañó durante todo el viaje. A la moto se la nota muy confiable y con una muy buena ciclística, hermoso diseño y un impresionante motor que con sus 160 caballos hace que sobre potencia a cualquier velocidad, sumado a una muy buena autonomía con sus 30 litros en el tanque. El problema fue la inestabilidad. En las dos motos modelos 2017, con muy pocos kilómetros, descubrimos la misma falla: pasando los 190 km comienza a ser indomable. Primero pensamos que era el viento, más tarde descubrimos que la inestabilidad se repetía en cualquier circunstancia a alta velocidad. El problema era en las dos motos. Hermosas las KTM pero no confiables a alta velocidad. Las BMW se comportaron muy bien durante todo el recorrido. Almorzamos en el bar de un puesto de gasolina en la ruta entre Hannover y Hamburgo. Almuerzo ligero, reposición de combustible y nuevamente en ruta con destino a Puttgarden para abordar el ferry que nos depositaría en territorio dinamarqués en el puerto de Rodby. En esta parte del mundo podemos preocuparnos por distintos motivos, pero nunca por el estado de la carretera. La travesía en el barco fue de 45 minutos, con muy bonitos paisajes. Lelio aprovechó para tomar unas cuantas fotografías mientras que con Pepe y Ruly aprovechamos para seguir comiendo y empezar a descubrir la cerveza de Dinamarca. Luego de desembarcar pusimos proa a Copenhague donde arribamos a un hermoso Hostel, pasadas las 19 hs. Mi primer experiencia en este tipo de establecimiento que me sorprendió gratamente, no solo por la ubicación, el confort, su sala de tatoo, sus préstamos libres de bicicletas, sino también por la buena onda que se respiraba en lugar. Decenas de idiomas, infinidad de razas y diferentes edades hicieron que este lugar perdurara por mucho tiempo en la memoria de los cuatro.    
Descansando en Copenhague
Copenhague es la capital de Dinamarca. Fundada el siglo X como un pueblo de pescadores, hoy tiene una población muy parecida a la ciudad de Córdoba en nuestro país: 1,3 millones llegando a 2 con el área metropolitana. Durante dos días recorrimos, disfrutamos y gozamos de esta espléndida ciudad donde sus habitantes hacen un culto del respeto y la tolerancia. Visitamos sitios de interés turísticos, su maravilloso puerto, decenas de bares y restaurantes donde disfrutamos la buena calidad de su cocina. A la mañana temprano del 22 de junio comenzamos a desandar los 608 km que nos separaban de la capital de Noruega. Para ello decidimos transitar el impresionante puente/ túnel de Oresund que conecta Copenhague con la ciudad de Malmo en Suecia.  Esta impresionante obra de ingeniería de 7,5. Km de extensión se la disfruta no sólo transitándola sino también al contemplarlo y tomarle fotografías. Pasando Malmo nuestro GPS nos indicaba Goteborg como destino intermedio para llegar a Oslo. En esa ciudad repusimos combustible, comimos, algún refresco sin alcohol y emprendimos la última parte de la ruta por la E6 rumbo a Oslo. Ingresamos a la capital Noruega cerca de las 19 hs, después de transitar un maravilloso camino de varios kilómetros de curva y contra curvas que hacían que fuesen muy divertidos los últimos minutos recorridos. Nos dirigimos directamente a nuestro departamento reservado por intermedio de nuestro buen amigo “Booking”. Al llegar, agradecimos tener siempre presente al momento de reservar un alojamiento, observar la puntuación y opiniones de otros visitantes. Ubicación magnífica, Platous gate 29, impecable equipamiento y tres cuartos de considerables dimensiones hicieron muy difícil de olvidar la estadía en esta ciudad. Prácticamente abandonamos las motos, una ducha ligera y salimos a recorrer la ciudad. Caminamos unos  pocos metros, giramos a la derecha, luego a la izquierda y cruzamos el nuevo e imponente puente que sobrevuelan el río dejándote a pocos metros del Oslo Spektrum Music Arena. Oslo es, después de Estocolmo y Copenhague, la tercera ciudad de los países escandinavos con algo más de 900.000 habitantes. Esta ciudad está formada por 40 islas y rodeada de cerros y montañas. Aquí se percibe amabilidad de sus habitantes, su magnífica Karl Johans gate , peatonal conocida como una de las calles más bonitas de Europa, sus hermosos bares y negocios de las marcas más reconocidas, que no podremos visitar debido a nuestra restricción con el equipaje.    
Retornando a la niñez en Oslo
Si bien es cierto que una ciudad no se conoce en un par de días, no es menos cierto que por lo menos te llevás una impresión del desarrollo, de cómo funcionan los servicios, de la amabilidad de su gente, de su arquitectura y también del entorno donde está ubicada. Nuestro próximo destino, la capital sueca. Nos separan de Estocolmo 530 km que estimamos hacer en algo más de 6 horas. Rutas con peajes, semi desértica, muy parecidas a las nuestras: varios kilómetros sin poblaciones, hermosos paisajes, poco tránsito y un excelente estado de conservación. El día de nuestra llegada se jugaba en la ciudad la final de la Europa league entre el Manchester United y el Ajax de Holanda. Por este motivo no había disponibilidad de hoteles ni departamentos en la ciudad. Tuvimos que recurrir a mi hija Camila, quien desde Argentina y después de varios intentos vía internet y teléfono, nos consiguió dos hermosos cuartos en un barco que opera como hotel y está anclado en Gamla Stan que es la zona del casco histórico de la ciudad.    
Despidiendo nuestro barco hotel en Estocolmo
Pocas ciudades en el mundo tienen las vistas de Estocolmo, este conjunto de islas conectadas por puentes maravillosos. Las construcciones compiten entre ellas para ver cuál es la más hermosa, el orden de su gente, el palacio Real, sus museos.  Indudablemente una ciudad para volver. Se la disfruta caminando, hay atracciones en cada cuadra, el encanto de sus bares vikingos, la variedad de restaurantes, sus pub irlandés .......diversión asegurada ! Pasamos un par de días en la ciudad, recorrimos mucho, parte caminando, parte en moto y el resto en ómnibus de turismo. La capital Sueca es a nivel global la más importante de los países escandinavos y ocupa el octavo lugar en Europa, con sus 2,3 millón de habitantes incluyendo el área metropolitana. De Estocolmo a Turku, puerto de ingreso a Finlandia, utilizaríamos como medio de transporte un ferry que navegó durante doce horas por el mar báltico. A la mañana temprano llegamos a destino, bajamos nuestras motos del ferry y emprendimos el viaje por los 170 km que nos separaban de Helsinki. Este trayecto por la E 18 transcurrió muy tranquilo, sólo Lelio se preocupó un poco por Pepe ya que durante la travesía del barco durmió muy poco, pasamos la noche entre fichas del casino, salmones del restaurante y tragos de los bares a bordo de la embarcación. Ya en Helsinki nos dirigimos al departamento que habíamos rentado en el corazón de la ciudad, calle Alva Aallon Katu,  Apartament hotel Aallonkoti. La capital de Finlandia, en el sur del país, se ubica en una península del golfo. Su avenida central, Mannerheimintie, está bordeada de instituciones como el Museo Nacional, que recorre la historia de Finlandia desde la Edad de Piedra hasta la actualidad. También en Mannerheimintie se encuentra la imponente Casa del Parlamento y el museo de arte contemporáneo Kiasma. La adornada catedral de ladrillos rojos de Uspenski tiene vista al puerto. Ya había estado en esta ciudad, por lo tanto fue fácil recorrerla. Visitamos sitios de interés, comimos su tradicional plato de oso y caminamos mucho visitando sus centros comerciales, la estación de tren, la plaza del Senado donde sobresale la magnífica catedral de Helsinki. También visitamos la catedral ortodoxa Uspenski con su adorable entorno lleno de bares y restaurantes que bordean el agua.  
KTM con catedral ortodoxa de fondo en Helsinki
Al próximo día cambiaríamos de país tomando un ferry en la capital de Finlandia para que después de dos horas de travesías y recorriendo poco más de 80 km nos dejase junto a nuestras motos en la hermosa Tallin, capital de Estonia. Tallin es la joya de los países Bálticos. Esta ciudad amurallada de poco menos de 500.000 habitantes conserva todo el esplendor de su centro histórico medieval como uno de los mejores de Europa. Te atrapa entre sus pequeñas callejuelas, llenas de bares, restaurantes, escaleras empinadas que sorprenden con músicos que deleitan con sus instrumentos. Cerramos nuestro primer día en la ciudad con una espléndida cena en uno de los tantos lugares que bordean la plaza del ayuntamiento.  
Tallin
Al día siguiente seguimos recorriendo la ciudad disfrutando la ubicación de nuestro departamento que nos permitía estar en pocos minutos en los mejores sitios de interés. Nuestro próximo destino separado por algo más de 300 km sería Riga, capital de Letonia, famosa por sus edificios de madera, por su arquitectura y por su ciudad antigua medieval llena de bares, tiendas, restaurantes y mucha diversión nocturna. La ciudad antigua es íntegramente peatonal y fue declarado patrimonio de la humanidad por la UNESCO. Riga es la ciudad más grande de los países bálticos. Posee el mayor centro cultural, político, comercial y financiero de la región. Paramos en un departamento muy amplio y bien ubicado en Raina Bulvaris 31, cerca de los centros comerciales de la ciudad y a sólo 5 minutos del centro histórico. El único inconveniente fue que estaba en un cuarto piso y sin ascensor. Recorrimos la ciudad, tiene sitios muy bonitos y cerca unos de otros. Visitamos el monumento de la libertad, la plaza del ayuntamiento, la ópera nacional, la hermosa iglesia ortodoxa, la torre de la pólvora y varios lugares de interés.  
Riga
Pasamos dos días completos en la capital de Letonia. De ahí seguimos viaje rumbo a la capital de Lituania, Vilna, de la cual nos separaban solo 293 kilómetros. Vilna se encuentra a sólo 30 kilómetros de la frontera con Bielorrusia y es conocida por su arquitectura barroca, que se aprecia particularmente en la ciudad antigua medieval.  Sin embargo, los edificios que bordean las calles (algunas de adoquines) de este distrito reflejan diversos estilos y épocas, desde la catedral neoclásica de Vilna hasta la iglesia gótica de Santa Ana. La Puerta del Amanecer, del siglo XVI, que tiene un santuario con una imagen sagrada de la Virgen María, protegió alguna vez la entrada a la ciudad original.  
Ingreso a Vilna
Dejamos nuestras motos en un Parking frente a la Catedral y recorrimos, caminando, la parte antigua. Compramos algún suvenir, sacamos un par de fotos y rápidamente fuimos a visitar un sitio muy curioso de esta ciudad del otro lado Del Río en lituano, el Barrio de Uzupi. Esta zona era un pobre barrio europeo hasta que sus habitantes decidieron crear una Constitución propia y cambiarlo por completo. Atravesamos el angosto río y  caminamos unos pocos pasos sobre un viejo puente para estar en otro país. No hay allí ningún policía, nadie pide documentación ni revisa equipaje, pero si sellaron nuestro pasaporte porque así queríamos. No hay trámites burocráticos y quizás el turista ni siquiera note que ha abandonado Lituania y su capital Vilna una vez al otro lado del angosto Vilnelė. Pero habrá llegado a la República de Užupis, el barrio que quiere ser país y que, de una forma u otra, ya lo ha logrado. Al menos eso hacen saber las banderas y el orgullo nacional de los habitantes de esta inexistente nación, que a veces no parece ser más que un chiste o una especie de experimento social. Pero es mucho más.  
Comprobando calidad de la cerveza en Uzupi
Probablemente el rincón más interesante del “país” sea la pared en donde están inscriptos los 39 artículos de la Constitución Nacional en numerosos idiomas.  Entre ellos aparecen:
  • Art. 3. Todos tienen derecho a morir pero esta no es una obligación
  • Art. 7. Todos tienen derecho a no ser amados, pero no necesariamente
  • Art. 12. Un perro tiene derecho a ser un perro
  • Art. 24. Todos tienen derecho a no entender nada
  • Art. 26. Todos tienen derecho a festejar o no su cumpleaños
  • Art. 27. Todos deben recordar su nombre
  • Art. 29. Nadie puede compartir lo que no posee
 
Sello “Republic of Uzupis”
Pasado el mediodía y después de deliberar bastante sobre la conveniencia o no de intentar ingresar a Bielorrusia para llegar a su capital, Minsk, ya que el seguro de las motos no cubría este país, o tomar directo el camino a Varsovia, decidimos por fallo dividido tomar la primera opción. Fue así que salimos rumbo a la frontera con Bielorrusia, al llegar nos encontramos con funcionaron muy burocráticos y demasiados exhaustivos al momento de revisar nuestra documentación. Indudablemente no es común ver motoqueros en esta frontera. Después de un par de horas y sortear el peor escollo, mi pasaporte no tenía un lugar libre para el sello de ingreso y no querían hacerlo en la contratapa, partimos rumbo a Minsk. Teníamos por delante 160 km recorriendo extensas llanuras con unas vistas increíbles.  
Llanuras Bielorrusas
Ya en La capital de Bielorrusia decidimos ir a un buen hotel, fue así que terminamos alojados en el DoubleTree by Hilton en pleno corazón de la ciudad.  Sólo tendríamos un día en la ciudad y lo aprovechamos al máximo. Cenamos en un lugar típico de comida rusa, más tarde algunos tragos en el bar del hotel, alguna historias de Pepe o discusiones entre él y Ruly sobre la sexualidad de Sarmiento o la verdadera historia detrás de Roca! Minsk, es una moderna ciudad de casi 2 millones de habitantes, dominada por la monumental arquitectura estalinista. Muchos de sus museos, teatros y otras atracciones culturales bordean la avenida de la Independencia "Praspyekt Nyezalyezhnastsi", una ancha vía pública de 15 km de largo que llega a la vasta Plaza de la Independencia. Sobre esta icónica plaza se alza la enorme sede central de la KGB y la Iglesia neorrománica de los Santos Simón y Elena, también conocida como la Iglesia Roja. Salimos a caminar por sus calles y descubrimos el estilo original de toda ciudad soviética. Grandes avenidas, cuidadas dependencias, interminables edificios, muchísimo orden y flores por doquier.  
Minsk
Convencidos que fue muy corta la estadía pero tratando de cumplir el plan original, emprendimos los 600 km que nos llevarían a la capital Polaca. La mayor parte del recorrido de hermosas autopistas y con un excelente límite de velocidad: 150kmts!!! Música para nuestros oídos!! Después de recorrer rutas de máximas permitidas entre 90 y 110 km esto era el paraíso. Antes de la frontera repusimos combustible y decidimos comer algo en el restaurante del parador. Fue el único lugar de todo el camino donde realmente no había posibilidad de comunicarse. Las dos mujeres que atendían el lugar solamente hablaban y entendían ruso. A pesar de ser muy simpáticas no lográbamos hacernos entender. Fue entonces que utilizamos el primitivo modo de señas para lograr hacer nuestros pedidos y no sólo que comimos y tomamos lo que queríamos sino que además trajimos unos hermosos imanes bielorrusos de suvenir. Al llegar a la frontera comprendimos los motivos de quienes comentaban sobre las demoras. Tardamos más de tres horas en realizar los trámites fronterizos sin entender por qué. Todos muy amables, ninguna restricción, sólo la burocracia principalmente en la salida bielorrusa que nos hacía acordar muchísimo al momento de realizar un trámite en nuestro país en algún organismo público. Dos horas más tarde hacíamos nuestro ingreso a la maravillosa ciudad de Varsovia.  Varsovia es la extensa capital de Polonia. Su amplia variedad arquitectónica refleja la larga y turbulenta historia de la ciudad, desde las iglesias góticas y los palacios neoclásicos hasta los bloques de edificios del período soviético y los rascacielos modernos. La ciudad vieja se restauró después del grave daño que sufrió en la Segunda Guerra Mundial. Su núcleo es la Plaza del Mercado, con edificios de colores pastel y cafés al aire libre. El Monumento de la Sirena de Varsovia en su centro es un símbolo de la ciudad. Tiene todo el desarrollo vial y de servicios de cualquier ciudad de la Europa Central y la impecable recuperación de su centro histórico que fue totalmente destruido tras el levantamiento de Varsovia. Hoy su recuperación es considerada patrimonio histórico de la UNESCO.  
Centro histórico de Varsovia
Llegamos a Varsovia ya entrada la noche, teniendo en cuenta que los argentinos pensamos con el estómago, comenzamos a preocuparnos por el horario de cierre de las restaurantes. Fue así que contactamos a mi hijo Santiago quien desde Carlos Paz, Argentina nos pasó opciones y horarios de cierre de lugares cercanos a nuestro bien ubicado departamento, recomendándonos uno en particular. Allá fuimos! Bellísimo lugar con 91 tipos de cervezas tiradas y una simpática barra que sólo despachaban pastas y pizzas. La verdad que si pienso en pastas el maridaje ideal es un buen tinto, pero si pienso en pastas en este lugar, lo ideal es acompañarlo con cervezas. Fue así que decidimos que cada uno elija la variedad de cerveza y los demás tendríamos que acompañar. La ecuación es muy simple, si éramos cuatro comensales/motoqueros, mínimamente esa cantidad de cervezas eran las obligatorias para la cena. El resto lo dejo para su imaginación. Esa noche terminó poco antes de las 6 am del día siguiente, pero gracias a la ayuda de algún medicamento digestivos, otros anti resaca, a las pocas horas nuevamente estábamos asombrándonos con los contrastes de esta región de Polonia. ETAPA FINAL! Partíamos desde nuestro departamento en Kopernica Apartament City center de Varsovia, en motos, a nuestro destino final, la inigualable Berlín.  Todo lo que se pueda decir sobre esta ciudad es poco, es maravillosamente única. Ciudad testigo de los crímenes más atroces, de la inservible división de su muro, de la diferenciación entre la parte democrática y la federal a la recuperación inigualable de estos tiempos. Convertida en la primera potencia económica de la comunidad europea y motor principal de la eurozona. Conozco bien Berlín, tenía seguridad de la zona donde quería alojarme para poder mostrar a mis compañeros de viaje las mejores imágenes de la ciudad.  Fue así que decidimos alojarnos en el gran Hyatt Berlin, en el corazón de la ciudad, situado en el animado barrio de Potsdamer platz. Desde esa ubicación todo está cerca, el monumento Judío, la puerta de Brandeburgo, el congreso, la Alexanderplatz, embajadas Americana, Británica y Francesa.  A pocas cuadras de la sede de Gobierno, de los principales shopping,  del edificio de la cancillería, del museo del horror, Checkpoint Charlie. A 10’ de la catedral, 20’ de lo que queda en pie del nefasto muro con sus murales, en fin, una  ubicación excelente para una ciudad maravillosa.  
Berlín
Llegamos al hotel con nuestras fieles compañeras en perfecto estado, sin caídas, sin raspones y sin averías mecánicas! Quedaron estacionadas frente al ingreso del hotel hasta que al día siguiente se presentó un señor con su utilitario y un tráiler para recoger nuestras motos y llevarlas hasta la ciudad de Frankfurt desde la ubicación que habíamos partido.  
Despidiendo nuestras compañeras
La etapa final del viaje es la que más se disfruta, se deja atrás la ansiedad del recorrido. En este momento se comparte la alegría de pensar que durante más de 4.000 km no tuvimos ningún inconveniente con las motos. Se siente la adrenalina que genera pensar en el próximo destino y  la satisfacción de completar un viaje de esta magnitud de manera satisfactoria, llevándonos los mejores recuerdos de las ciudades visitadas, habiéndolo organizado sólo con nuestras ideas previas y la ayuda de internet.  Organizar un viaje tal vez es más fácil para el que vive en Europa o en países del primer mundo, pero tengo la seguridad que si este artículo lo está leyendo alguien que viaje desde Sudamérica sabe perfectamente a qué me refiero. Berlín, con sus más de 3,5 millones de habitante es la ciudad políticamente más influyente de Europa. Capital de Alemania y uno de sus 16 estados federados. Esta ciudad tiene una historia reciente muy rica y una recuperación increíble. Definitivamente, cuando pienso en una ciudad para volver en mi mente Berlín se presenta junto a Moscú. Berlín, capital de Alemania, es el final de nuestro recorrido en moto, atrás dejaríamos 10 países recorridos, muchos pueblos y ciudades e infinidad de anécdotas, sobremesas después de probar comidas típicas y buenos momentos, pero no sería el final del viaje! Ya sin motos pero aun con hambre de aventura, partimos al aeropuerto de Tegel, en Berlín, para abordar un vuelo de Norwegian que nos llevaría después de 2hs y media  de vuelo hasta el extremo noroeste de Europa. Islandia Islandia es un país insular nórdico que se caracteriza por su espectacular paisaje con volcanes, géiseres, termas y campos de lava. Cuenta con enormes glaciares protegidos en los parques nacionales de Vatnajökull y Snæfellsjökull.  La mayoría de la población vive en la capital, Reikiavik, que se abastece de energía geotérmica y alberga el Museo Nacional y el Museo de Saga, que recorren la historia vikinga de Islandia. Islandia sorprende a cada paso, en esta época (mayo/ junio) es la época de las noches blancas, días de claridad permanente, anteojeras de avión para dormir, lentes de sol par después de cenar, y 24 hs para recorrer!  
1/2 noche en Islandia
Nos alojamos en una hermosa casa en el centro de Reikiavik, a pocos metros de los sitios de interés de esta pequeña ciudad.    
Nuestra casa en Reikiavik
Islandia tiene apena 330.000, habitante de los cuales 1/3 vive en Reikiavik , su capital. A causa de su localización, es un país con gran actividad volcánica y geológica, factor que afecta en gran medida al paisaje del territorio islandés. El interior del país consiste en una meseta caracterizada por desiertos, montañas, glaciares y ríos glaciales que fluyen hacia el mar a través de las tierras bajas. Gracias a los efectos de la corriente del golfo, tiene un clima templado en relación a su latitud y provee un entorno habitable. Ya sin motos alquilamos auto y con él recorrimos buena parte del territorio adentrándonos en sus increíbles paisajes, visitando costa, montañas, glaciares, llanuras y su increíble géiser. Sorprende a cada paso el crecimiento turístico, sus innumerables bellezas naturales y la cantidad de equinos que con una raza propia pueblan todo el territorio. Reikiavik es divina, el encanto propio de ser capital de un país tan alejado, que con sólo un poco más de 100.0000 habitantes es la atracción para cualquier habitante del planeta que disfrute del turismo. Seguridad absoluta, no se habla de homicidios, sus habitante se conocen entre sí y hacen un culto a la buena recepción del turismo, con un cuidado extremo del medio ambiente. Pasamos tres días inolvidables, caminando la ciudad capital, viajando por las carreteras del país, visitando sitios de interés, degustando su gastronomía y recorriendo sus bares y negocios. Este si sería nuestro destino final! Desde el aeropuerto internacional de Keflavík tomaríamos un vuelo de Ísland Air que nos llevaría directo a Frankfurt, donde tomaríamos un vuelo de Air Europa rumbo a Madrid para realizar una nueva conexión directo a Córdoba, Argentina Vía Asunción del Paraguay. Después de 23 hs de viaje, arribamos al aeropuerto Ambrosio Taravella de nuestra querida ciudad de Córdoba donde nuestros familiares estaban esperándonos con la seguridad que en un futuro cercano nuevamente nos estarían despidiendo!   Gracias Sylvestre Howard Roper!! Gracias Gottlieb Daimler y Wilhelm Maybach!!
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